Estas son algunas preguntas que con frecuencia se hacen acerca del sacramento: ¿Por qué debo confesarme? Cada vez que pecamos, nos herimos a nosotros mismos, a otros y a Dios. Cristo nos dio el sacramento de la reconciliación para ayudarnos a reconciliar con El y con su iglesia cuando nos hemos causado daño por el pecado. Por medio del sacramento, reconocemos nuestros pecados, expresamos nuestro arrepentimiento de una manera significativa, recibimos el perdón de Cristo y de su iglesia, hacemos reparación por lo que hemos hecho, y resolvemos a mejorar en el futuro. El rito del sacramento de la reconciliación tiene cuatro partes: la contrición, la confesión, la penitencia y la absolución. La contrición: un arrepentimiento sincero por haber ofendido a Dios, y es el acto mas importante del penitente. No puede haber perdón del pecado si no tenemos arrepentimiento y una resolución firme de no repetir nuestro pecado. La confesión: enfrentando nuestros pecados de una manera profunda con Dios, hablando acerca de ellos en voz alta al sacerdote. La penitencia: una parte importante de nuestra sanación es la “penitencia” que el sacerdote nos impone en reparación por nuestros pecados. La absolución: el sacerdote dice las palabras por el cual el “Dios Padre de la misericordia” reconcilia al pecador a El, por medio de los meritos de la Cruz. ¿Por qué debo confesar mis pecados a un sacerdote? Como es indicado en el Catecismo de la iglesia católica, nuestra fe en el perdón de los pecados, es vinculada a la fe en el Espíritu Santo y en la iglesia: “Al dar al Espíritu Santo a sus apóstoles, Cristo resucitado les confirió su poder divino de perdonar los pecados: ‘Reciban al Espiritu Santo. A quienes perdonáis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se les retengáis los pecados, les quedan retenidos” (976; cf. Juan 20:22-23). Entonces, llevamos nuestras faltas a la iglesia porque Jesús otorgó a sus apóstoles, a sus sucesores, y por medio de ellos a todos los sacerdotes, su propio poder de perdonar los pecados, restaurar y reconciliar al pecador con Dios y también con la iglesia. Este poder de perdonar los pecados es muchas veces referido como “el poder de las llaves”, el poder que fue confiado a la iglesia cuando Jesús le dijo a San Pedro, “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mateo 16:19). Este poder es manifestado y es operativo en el sacramento de la Penitencia. (Tomado del Guia del Sacramento de la Penitencia: Descubra nuevamente el amor de Dios, Obispos de Pennsylvania, 2002). ¿Repetirá el sacerdote lo que he dicho bajo confesión? El sacerdote nunca puede revelar lo que se le ha dicho en una confesión. Esta obligación de confidencialidad y absoluto secreto es muy seria. De hecho, un sacerdote que quebranta el sello de confesión es castigado automáticamente con la excomunión. ¿Qué sucede si no estoy a gusto confesándome cara a cara? Es aceptable si prefiere recibir el sacramento anónimo. La mayoría de los confesionarios, o cuartos de reconciliación, tienen una cortina o división, detrás de la cual puede arrodillarse durante la confesión. ¿Recordará el sacerdote lo que he dicho? Estoy avergonzado(a), y no quiero que piense mal de mi. El objetivo del sacerdote no es mantener una lista de control, más bien ser un instrumento de Cristo, aceptando el arrepentimiento de la persona, dando el perdón y ayudándole a progresar en la vida del Espíritu. El sacerdote escucha una gran cantidad de confesiones. El no está para juzgar a la persona, sino a la naturaleza del pecado, y para ofrecerle consejo y aliento para vencer el pecado y crecer espiritualmente. El también se confiesa, por lo tanto sabe como se siente uno al enfrentar sus pecados y pedir el perdón. ¿Por qué el sacerdote a veces pide información adicional? El sacerdote puede pedir información adicional, simplemente para aclarar lo que ha sucedido, entender si la acción confesada es una situación única, o un paradigma; y para saber si la persona tiene el entendimiento pleno de la situación. ¿Cuántas veces debo ir a la confesión o reconciliación? Como nos dice el Código del derecho canónico, se requiere que los católicos reciban el sacramento por lo menos una vez al año (con más frecuencia si se ha cometido pecados mortales o graves). Dicho esto, los feligreses son animados a aprovecharse del sacramento al menos mensual. Esta práctica ayuda a mantenernos concientes de nuestro progreso espiritual, y nos da la gracia para vencer nuestros pecados. ¿Cuál de estas es: confesión, penitencia o reconciliación? Cualquiera de estas es correcto. El rito en si usa la penitencia y la reconciliación. El Catecismo de la Iglesia Católica anota que el sacramento es conocido por muchos nombres: “...el sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión, la vuelta al Padre del que el hombre se había alejado por el pecado. “...el sacramento de la penitencia, porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador. “...el sacramento de la confesión, porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante un sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo, este sacramento también es una ‘confesión’, reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador. “...el sacramento del perdón, porque por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente ‘el perdón y la paz.’ “...el sacramento de la reconciliación, porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: ‘Dejaos reconciliar con Dios’ (2 Co 5, 20). El que vive del amor misericordioso de Dios, está pronto a responder a la llamada del Señor: ‘Ve primero a reconciliarte con tu hermano’” (Mt. 5:24, Catecismo 1423-1424). Soy divorciado(a). ¿Puedo recibir el sacramento? Si ha sido divorciado(a) civilmente y no se ha vuelto casar, o se si casó validamente después de recibir una declaración de anulación por su matrimonio previo, usted puede participar en el sacramento. Si usted se ha casado nuevamente fuera de la iglesia, o si tiene preguntas sobre su situación, le animamos a dialogar con un sacerdote en su parroquia, y leer la información proveída en el sitio WEB. Otro excelente recurso es un folleto publicado por Nuestro Visitante Dominical, llamado “Lo que la iglesia enseña: las anulaciones,” que pueden encontrarse entre las literaturas que algunas iglesias proveen. |